Reflexiones para tí.

EL COMPLEJO DE NARCISO

“Si quisiera yo gloriarme; […] pero no lo hago, para que nadie piense que soy más de lo que aparento o de lo que digo” (2 Corintios 12:6).

PortadaJSegún los psicólogos, tú yo vivimos en “la era de Narciso”. ¿Quién es Narciso? Según una antigua la leyenda, Narciso era un hombre muy apuesto. Un día se inclinó en un manantial para beber agua y, tras haber contemplado la belleza de su propio rostro reflejada en el agua, se enamoró de sí mismo. Una de las versiones de la leyenda dice que cuando Narciso vio su silueta en el agua, al sentirse el hombre más lindo del mundo, quiso abrazarse y besarse, y se ahogó en el intento.

¿Eres como Narciso? ¿Estás enamorado de ti mismo o de ti misma? Probablemente dirás que no; no obstante, las estadísticas revelan datos verdaderamente preocupantes.

Un estudio realizado entre 1982 y 2006, que abarcó a más de quince mil estudiantes universitarios, puso de manifiesto que ese sector de la población se ha tomado insoportablemente narcisista. Según la investigación, los jóvenes tienden a considerarse superiores al resto de los mortales. Al llenar el formulario denominado “Inventario de Personalidad Narcisista”, los estudiantes afirmaron: “Si yo gobernara el mundo sería un lugar mejor”, “Creo que soy alguien muy especial”, o “Yo puedo vivir mi vida como me plazca”. ¿Acaso no han salido de tu boca esas mismas expresiones?

Hablando a los Narcisos de hoy, el amigo Pablo nos advierte: “Por el encargo que Dios en su bondad me ha dado, digo a todos ustedes que ninguno piense de sí mismo más de lo que debe pensar” (Romanos 12:3). Alguien podría suponer que el apóstol está atentando contra la autoestima. Por supuesto que no; sin embargo, la línea demarcatoria entre la autoestima y la exaltación propia es muy delgada. La Reina-Va- lera de 1995 dice en Romanos 12:3 que cada quien debe pensar “de sí con cordura”. La palabra griega traducida “cordura” es sofrenéo, y significa “estar en sus cabales”, “pensar con sabiduría”. Cuando yo tengo un concepto de mí mismo más allá del que debo tener, estoy fuera “de mis cabales”; por ende padezco un trastorno psicológico: el complejo de Narciso.

¿Cómo se cura el complejo de Narciso? Reconociendo que todo lo que somos o podamos llegar a ser, es resultado de la gracia divina y no de nuestras cualidades personales.

#PiensaconSabiduría
#Humildad

Tomado de: Lecturas Devocionales para Jóvenes 2016
“Visita mi Muro, 366 Mensajes que Inspiran”
Por: J. Vladimir Polanco






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