Reflexiones para tí.

La mujer encorvada

“Sin embargo, a esta mujer, que es hija de Abraham, y a quien Satanás tenía atada durante dieciocho largos años, ¿no se le debía quitar esta cadena en sábado?”. Lucas 13:16.

Cuando las cosas o los animales son más importantes que las personas, estamos en problemas. Cuando las tradiciones son más importantes que la gente, no seguimos el ejemplo de Jesús.

El relato del Evangelio de Lucas es claro: una mujer estaba encorvada hacía dieciocho años, por causa de un demonio. Ella no podía enderezarse. ¿Sabes dónde está? No, Jesús no la encuentra en un consultorio médico; ¡ella está en la sinagoga!

¿La trataban tan bien quienes se reunían allí que ella quería ir? ¿Era una tradición familiar tan fuerte que no podía dejarla? No tenemos las respuestas exactas para ninguna de esas preguntas. Apenas sabemos que –por algún motivo– estaba el sábado en el lugar de culto. Allí encontró la salvación.

Un detalle interesante es que, por más que el escritor bíblico dice que por causa de un demonio tenía ese problema de salud, Jesús no pronuncia la típica fórmula: “Tus pecados te son perdonados”, sino que –directamente– la libró de la enfermedad. Puede haber varios motivos para ese comportamiento: me gusta pensar que es Jesús tan educado, tan caballero, tan cuidadoso con nosotros (y nuestros errores) que no nos expone innecesariamente.

Lamentablemente, nosotros solemos actuar exactamente al revés. Exponemos al pecador y su pecado. Así, solucionamos poco y nada. Él nos libra, pero los detalles oscuros los guarda para que queden entre el pecador salvado y su Salvador.

Me gustaría decir que el grupo que se reunía cada sábado en la sinagoga estaba feliz por lo ocurrido; que se unieron en alabanzas a Dios por el milagro que había tenido lugar en su medio, delante de sus ojos. La alegría embargó a los adoradores… ¡Ojalá!

El jefe de la sinagoga se ofendió porque el milagro había sido realizado en sábado. Puedes no creerlo, pero le dijo a Cristo que él tenía seis días para trabajar. ¡Cómo si hubiera un tiempo definido para hacer el bien!

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2014
“365 Vidas”
Por: Milton Betancor






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